Sahrawiya
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Dos mujeres y un desierto minado durante un conflicto que dura más de cuarenta años. Buscando en la arena, poco a poco, sabiendo que cada paso es un peligro, avanzan lentamente en el camino que, algún día, les devolverá a casa.
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F. B. M."Mi nombre es F. B. M., vivo en la wilaya de Awserd, y tengo 27 años de edad.Antes de unirme al NPA enseñaba computación en la escuela primaria Mohamed Basiri.
Escuché que una organización iba a poner en marcha un nuevo proyecto de desminado en el Sahara Occidental, y que buscaban trabajadores, principalmente jóvenes competentes. Las personas interesadas debían presentar su solicitud en el Ministerio de Función Pública. Presenté mi solicitud. Más tarde, fui a una entrevista personal, junto a 400 aspirantes." -
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F. B.M."Después de la entrevista, la organización me dijo que me llamarían para informarme sobre el resultado de mi solicitud. Me llamaron y me informaron de que fui seleccionada para trabajar en el proyecto de desminado. Por supuesto, que haya mujeres trabajando en el desminado, que implica peligro, se ve como algo extraño en la sociedad. De todos modos, ¡decidí seguir adelante!"
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A. M. E."Mi nombre es A. M. E. Soy graduada universitaria con licencia en Gestión Estratégica de Negocios. Escuché que NPA iba a iniciar un proyecto de desminado en el Sahara Occidental y que estaban interesados en que los jóvenes se adhiriesen al proyecto para que fuese un éxito. Me gustó la idea, ya que es un trabajo único que implica un riesgo, un desafío, sobre todo para una mujer. Estaba segura de que esta aventura me haría más fuerte y autosuficiente. Es muy común que sean los hombres quienes realicen este tipo de trabajo, pero a la mujer saharaui siempre le ha gustado reafirmar su existencia mediante la superación de todo tipo de desafíos. Por lo tanto, me presenté y realicé la entrevista personal de selección. Más tarde, hicimos un entrenamiento y, desde agosto de 2015, trabajo en este proyecto."
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F. B. M.
"En cuanto a nuestro trabajo, sí que implica un riesgo, ya que se trata de minas y su eliminación. Al principio, nos enfrentamos a algunas dificultades pero ya que teníamos una formación que nos dio experiencia desde el inicio, en 2015. Esto nos dio confianza para enfrentar el riesgo."
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F. B. M.
"Creo que estoy haciendo algo importante y me siento orgullosa cuando voy al terreno a desminar de una manera apropiada. Me hace feliz pensar que estoy ayudando a la población a confiar, una vez más, en que su tierra es segura. Día tras día aprendemos más y estamos más motivadas en este trabajo que temíamos."
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A. M. E.
"En cuanto a los retos a los que nos enfrentamos aquí como mujeres, ya sabes que somos una sociedad árabe musulmana, en la cual existen reglas acerca del trabajo de la mujer al lado de los hombres. Otra dificultad es que estamos trabajando en una zona remota, lejos de nuestras familias. Esto puede implicar un desafío extra para nosotras, ya sea soltera o casada."
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A. M. E.
"Aún así, hacemos frente a todo eso y ponemos a prueba nuestras capacidades. Creo que somos afortunadas, ya que uniéndonos a este proyecto NPA hemos demostrado algo que muchas mujeres no tienen la oportunidad de demostrar: que las mujeres pueden hacer lo que los hombres pueden hacer."
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A. M. E.
Busco en mi trabajo, no sólo una fuente de ingresos, sino, también, la auto-realización mientras estoy en esta noble misión de eliminar algo que pone en peligro a las personas, los animales y el medio ambiente."
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A. M. E.
"Quiero destacar que la sociedad saharaui apoya tanto a las mujeres como a los hombres. Aquí, trabajamos tranquilamente junto a nuestros colegas masculinos sin ningún problema. También tengo que confesar que, a pesar de nuestro trabajo implica un riesgo, seguir las reglas y disposiciones nos da confianza."
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F. B. M.
"Mi familia, al principio, se negó completamente a la idea. Me dijeron que este era un trabajo peligroso que no se ajustaba a las mujeres. Temían ante la incertidumbre de no saber si volvería viva o muerta. Al final, pude convencerles de que este es un trabajo humanitario."
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A. M. E.
"Mi experiencia familiar es básicamente la misma de F. Mi familia tenía miedo del riesgo de este trabajo. Principalmente mis hermanos estaban en contra de la idea. Finalmente aceptaron gracias a que mi familia confía en mis decisiones. Por lo general, la gente rechaza las nuevas ideas, pero cuando las conocen las aceptan. Yo era consciente de esto, así que les expliqué todos los detalles de mi trabajo. Ahora ellos son tan felices como yo."
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F. B. M.
"No estaba casada cuando empecé a trabajar, pero pocos meses después me casé. Mi marido acepta que siga en este trabajo, a pesar de que solía tener la misma posición de mi familia. Entré en una etapa diferente de mi vida después del matrimonio. Ya sabes ... más responsabilidades. Por supuesto, cuando los niños llegan estas se multiplican."
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F. B. M.
"Por desgracia, vivimos en campos de refugiados, donde las oportunidades de trabajo son muy limitadas. Trabajo para apoyarme a mí misma y a mi familia, pero el día que tenga hijos tendré que reconsiderar si puedo seguir trabajando en esta área remota. Quiero mencionar que el NPA nos da derecho a una licencia de maternidad y a retomar el trabajo después. Apreciamos mucho esta licencia ya que la mayoría de las organizaciones no la proporcionan."
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A. M. E.
"Encontrar un equilibrio entre mi familia, cuando me case, y mis responsabilidades de trabajo será difícil. A pesar de ello, me he comprometido moralmente conmigo misma a continuar con este trabajo. Estoy haciendo esto porque me gusta mi trabajo, parecido a una aventura para una mujer. Quiero mostrar a todos que una mujer puede ser una esposa, tener niños, y seguir teniendo éxito en su vida laboral. Por lo tanto, continuar en este trabajo es muy importante para mí."
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F. B. M.
"Me gustaría añadir dos cosas. En primer lugar, mantener este trabajo es imposible para una mujer que tiene un hijo en sus primeros meses, ya que no lo puede dejar solo. Esto sólo es posible para una mujer cuyo trabajo está cerca de su casa o si hay una niñera en el lugar de trabajo. En segundo lugar, es importante aclarar que no somos las primeras mujeres que trabajan en nuestra sociedad. Las mujeres saharauis han trabajado junto a los hombres desde el principio de la revolución. Participaron en la fabricación de ladrillos hechos de tierra, en la construcción de sus casas y escuelas. También sirvieron en batallas, principalmente como proveedores de atención médica. Estoy segura de que las mujeres saharauis harán aún muchas más y mejores cosas en el futuro."
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Bir Lehlu - Western Sahara
© Victoria Herranz