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Article for ARN's Scientific section
Hélène Langevin-Joliot: “LA INTEGRACIÓN DE LA CIENCIA EN LA CULTURA DE TODOS ES HOY UN DESAFÍO A LA DEMOCRACIA"
Victoria Herranz / Madrid‘Los Joliot-Curie, mis padres y la radiactividad artificial’ es el título de la conferencia impartida por Hélène Langevin-Joliot, investigadora física nuclear del Centre National de la Recherche Cientifique (CNRS) de París, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La nieta de Pierre y Marie Curie intervino el pasado jueves, por primera vez en Madrid, en una charla enmarcada en el ciclo de conferencias organizado con ocasión de la exposición temporal ‘Maria Skłodowska-Curie: una polaca en París’ presente el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN). A lo largo de su vida, Langevin-Joliot ha impartido seminarios y charlas en diversos países acerca de la vida y el legado de sus abuelos y sus padres, los también científicos Irène Curie y Frédéric Joliot.
Alianza científica y vital de los Joliot-Curie
El matrimonio Joliot-Curie se convirtió en el protagonista de la radioactividad y la física nuclear durante los años 30. Langevin-Joliot subraya la importancia de que sus padres fueran criados en el transcurso del cambio del siglo XIX al XX, periodo de cambios dramáticos, y define a su madre como tranquila, reservada, en contraste con la exuberancia de su padre, hombre muy hablador pero siempre dispuesto a escuchar. La investigadora considera a sus padres un equipo cuya concepción de la investigación y la ciencia era la misma, sosteniendo que el secreto del buen funcionamiento de su asociación se halla en este espacio común compartido. Irène, hija de Marie Curie, provenía de una familia centrada en la ciencia. Frédéric, por su parte, tras la traumática experiencia de la I Guerra Mundial, en la que ambos participaron de forma activa, decide formarse como ingeniero industrial. Sin embargo, en 1924, su mentor, Paul Langevin, le anima a visitar el Instituto del Radio para encontrarse con Marie. Ésta lo invita a quedarse como uno de sus asistentes nombrando a Irène, en plantilla desde 1918, encargada de enseñarle las técnicas necesarias para trabajar con la radiactividad. Frédéric Joliot solía decir que su primer descubrimiento y el más importante había sido Irène Curie, un ser extraordinario y sensible.
Ya como matrimonio, y una vez formada su familia, deciden trabajar juntos. Es durante esta etapa, finales de los años 20 y principio de los 30, cuando llevan a cabo la mayor parte de sus investigaciones. En 1932 los descubrimientos se suceden, dando lugar, en octubre de 1933, a la presentación de sus resultados en el Congreso de Solvay. A pesar de no ser acogidos con entusiasmo, los teóricos les animan a seguir adelante con su trabajo. Es así como en 1934 descubren el Fósforo-30, un elemento radiactivo no existente en la naturaleza. Este inesperado hallazgo otorga al matrimonio Joliot-Curie el Premio Nobel de Química en 1935.
Tras la muerte de Marie Curie, en 1934, deciden separar sus esfuerzos en distintos institutos extendiendo su trabajo a la identificación de los productos de la fisión nuclear e involucrándose en el debate sobre el impacto social del uso de la radiactividad.
Compromiso ideológico
El optimismo en que la ciencia pudiera llegar a mejorar la vida de la gente se ve derrotado durante el periodo de entreguerras. Sin embargo, Irène demostró en muchas ocasiones su compromiso y creencia en la igualdad. Su sentido de la responsabilidad social le llevó a afiliarse al Partido Socialista en 1934 y al Comité de Vigilancia de Intelectuales Antifascistas en 1935. También participó activamente en la lucha por el desarrollo social e intelectual de las mujeres, siendo miembro del Comité Nacional de la Unión de las Mujeres Francesas y del Consejo para la Paz Mundial. Al comenzar la Guerra Civil Española tomó partido a favor el gobierno de la República. Ese mismo año fue una de las tres mujeres que participaron en el gobierno del Frente Popular Francés. Como Subsecretaria de Estado de la Investigación Científica estableció junto a Jean Perrin los cimientos de lo que más tarde sería el Centre National de la Recherche Scientifique.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el matrimonio Joliot-Curie decide permanecer en Francia durante la ocupación, uniéndose Frédéric a la resistencia. Sucesos como el descubrimiento de la fisión y la posibilidad de una reacción en cadena y la creación de la bomba atómica y sus dramáticas consecuencias en Hiroshima y Nagasaki dan lugar a que los Joliot-Curie luchen porque los científicos tengan voz acerca de la utilización de su ciencia. Su posicionamiento político y sus iniciativas, como su lucha por la prohibición de la utilización de armas atómicas, llevó al matrimonio a ser excluido, en ocasiones, del ámbito científico.
Su hija Hélène considera que sus padres asumieron una gran responsabilidad como científicos y como ciudadanos en un momento histórico convulso. Por ello, insiste en recordar la importancia de las vacaciones familiares Pointe de L'Arcouest, en la Bretaña francesa, periodos en los cuales recibían el equilibrio necesario en una época marcada por enfrentamientos ideológicos.
Hélène Langevin-Joliot: la ciencia en la actualidad
La nieta de Marie Curie considera que la ciencia hoy día da lugar a esperanzas e interrogantes importantes y acusa a los gobiernos de pretender que la investigación se integre sin reservas a sus intereses. También lamenta el escaso debate promovido en torno a los usos, tanto militares como civiles, de la ciencia, declarando: “La integración de la ciencia en la cultura de todos es hoy un desafío a la democracia”.